martes, 27 de marzo de 2012

Obesidad infantil en niños de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México


Justificación del tema
Elegimos obesidad infantil específicamente, porque este problema se inicia en edades tempranas de la vida, cuando se manifiesta en la infancia y persiste en la adolescencia, y no se trata a tiempo, probablemente se arrastrará hasta la edad adulta. Y claro esta porque es uno de los considerables conflictos, no sólo de México, sino del mundo entero, lo podemos ver desde perspectivas, como lo son biológicas y sociales, ya que es una enfermedad multifactorial. Es considerado por la OMS, con una terminología algo alarmista: como una epidemia del siglo XXI (EUFIC, 2007). Afecta a más de mil millones de personas a nivel mundial, reduce la esperanza de vida 5 a 10 años, representa una elevada carga económica para la sociedad, que si sigue en aumento se volverá insostenible económicamente. En la actualidad 70% de los niños no realiza actividad física regular. Uno de cada cuatro niños sufre estos padecimientos. Según los reportes de la Secretaría de Salud, a esta epidemia se le atribuyen entre 5 y 10% de las muertes prematuras en el país. Física y biológicamente hay enfermedades desarrolladas como consecuencia de la misma obesidad, como lo son: la diabetes mellitus tipo II (DMT-II), cierres epifisiarios tempranos, hiperplasia e hipertrofia adiposa, presentación temprana de la menarca, hiperlipidemia, aumento del gasto cardiaco con su consecuente hipertrofia del corazón izquierdo, esteatósis hepática con aumento de transaminasas y alteraciones del metabolismo de la glucosa, problemas ortopédicos de pies, rodillas, cadera y columna lumbar, coledocolitiasis, litiasis vesicular, síndrome de Stein-Leaventhal o de ovario poliquístico y pseudo tumores cerebrales entre muchas otras. Hablando del tema social representa un gran problema a un niño que padece obesidad porque es motivo de bromas, rechazo, discriminación, burla, bullying etc. ya que son marginados por el aspecto que tienen, y con todo este cuadro vienen problemas psicológicos como la baja autoestima, desánimo, cansancio, depresión, decaimiento, llevarles a tener hábitos extremos como el consumo de drogas u otras sustancias nocivas, o trastornos alimenticios como la bulimia y anorexia, y obviamente un aislamiento social que contribuye a llevar a cabo un estilo de vida sedentario, como mirar TV, videojuegos, seguir con el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, el consumo de azúcar y sal, golosinas, las bebidas azucaradas, la leche entera, los cereales refinados y los alimentos procesados. De igual manera existen dificultades para desarrollar algún deporte u otro ejercicio físico debido a la dificultad para respirar y al cansancio. De modo que se vuelve un círculo vicioso, complicado de parar. Por eso lo elegimos por todos los problemas trascendentales que engloba.





1.1 ¿Qué es la obesidad y el sobrepeso?

Obesidad

La obesidad es definida como la presencia de cantidades excesivas de tejido adiposo en relación a la masa corporal (Camacho R. 2006), se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. En su origen se involucran factores genéticos y ambientales, que determinan un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de grasa corporal para el valor esperado según el sexo, talla, y edad. (Islas O.L, Peguero G 2006) Con frecuencia comienza en la infancia y la adolescencia, representa mayores riesgos en la salud con consecuencias de tipo sistémico, psicológico y social. Se considera actualmente un problema de salud pública a nivel mundial. (Zelocuatecatl A, Ortega M. 2005)
En América Latina,  la prevalencia de la obesidad ha aumentado considerablemente en todos los grupos sociales, particularmente en aquellos de bajo nivel socioeconómico, las mujeres en edad reproductiva (12-49 años) y los niños menores de 5 años. (Hernández, Cuevas-Nasu, Shamah-Levy 2003)
Existen diversos factores sociales y económicos que han contribuido al aumento de la tasa de obesidad. (Majoras 2007)  Una de las primeras manifestaciones del aumento de la grasa corporal en los niños es la aceleración en la velocidad de crecimiento y esto hace que el diagnóstico de obesidad se efectúe cuando ya existen grados avanzados de sobrepeso. Asociándose positivamente con el alfabetismo del padre, la escolaridad de la madre y la edad de los niños. (Islas O.L, Peguero G 2006) A nivel mundial se señala la gran influencia de la publicidad de alimentos  chatarra y su comercialización a los niños. (Majoras 2007) Así como la falta de ejercicio  (Islas O.L, Peguero G 2006).

Sobrepeso
El CDC  (Center for Disease Control and Prevention, 2004)  define el sobrepeso como el aumento del  peso corporal en relación con la altura. ( Shen 2006) Esta es  la forma más común de patología de la nutrición en los países desarrollados y se ha constituido en un problema de salud pública.  Asimismo, su prevalencia está en aumento en países en transición como, Chile, México y Perú. ( Zelocuatecatl A, Ortega M. 2005)
Los niños que están en riesgo de sobrepeso,  sus porcentajes tienden a aumentar hasta los 12 años de edad y disminuir cuando tienen más edad. (Shen 2006)
Según los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición, en 1999, sobre la frecuencia de obesidad en la infancia en México, mostraron que 18.8% de los niños de cinco a once años de edad presentaban sobrepeso u obesidad, siendo ésta más elevada en los estados del Norte (25.9%) y en la Ciudad de México (25.1%), que en los del Centro y Sur-Sureste (17.7% y 13.2%, respectivamente). (Hernández, Cuevas-Nasu, Shamah-Levy 2003) Y los datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENSA) 2006 mostraron que la frecuencia de obesidad en los niños de 5 a 11 años fue de 26.0%, mostrando así, un incremento de 1999 al 2006 de 39.7% ( Islas O.L, Peguero G 2006)
Los resultados expresan que en todo el país, aproximadamente, uno de cada cinco niños en edad escolar padece sobrepeso u obesidad. El riesgo de obesidad en 1999 fue mayor en niñas (5.9%) que en niños (5.3%), y en el año 2006 se observó que hubo un riesgo de obesidad mayor en niños (9.4%) que en niñas (8.7%), teniendo un incremento total del 77.0% en niños y del 47.0% en niñas. (Islas O.L, Peguero G 2006)
Hay cuatro clasificaciones del peso para los niños: bajo peso, normal, en riesgo  para el sobrepeso, y sobrepeso. (Hernández, Cuevas-Nasu, Shamah-Levy 2003) Para clasificar a los niños como obesos o con sobrepeso, se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC)  utilizando la edad y el sexo como puntos de corte que  generan centiles específicos. El sobrepeso se establece a partir del centil 75 en las curvas de IMC y la obesidad infantil a partir del centil 85. (Islas O.L, Peguero G 2006)
El índice de masa corporal (IMC) es el indicador recomendado por la OMS para evaluar antropométricamente el estado nutricional de una población menor de 20 años, por su simpleza, bajo costo y adecuada correlación con la grasa corporal total (Burrows A, Díaz S, Muzzo 2004)
El IMC no es una medida real de la cantidad de grasa corporal en una persona, pero es el indicador más  correlacionado de la grasa corporal cuando se utilizan los dos variables más fáciles de obtener que son la altura y el peso. ( Shen 2006)
Un índice de masa corporal que oscila entre la 85 y 95  percentil es "en riesgo de tener sobrepeso", pero en un adulto que se considera exceso de peso. Un IMC> percentil 95 se considera sobrepeso para los niños, pero en adultos obesos. Un IMC de 21 para niños de 12 años de edad que es el  85o percentil y apenas considerados "en riesgo de sobrepeso". ( Shen 2006)

1.1.3. Malas dietas y sus repercusiones en los niños
La dieta es la ingestión de alimentos y bebidas realizada por las personas diariamente. (Vaisman B Martínez MG 1997) La cantidad de alimentos que se consumen está determinada por los hábitos que son aprendidos por el ser humano como parte de su cultura, convirtiéndose en patrones o rutinas de conducta y reforzándose con la repetición. (Zelocuatecatl A, Ortega M. 2005)
En las últimas décadas se han operado una serie de cambios en la dieta de niños y adolescentes occidentales. Uno de los cambios más significativos ha sido el aumento del consumo de alimentos de origen animal. A ello se añade que muchos niños hacen la comida principal en la escuela, cuya composición muchas veces no cumple con objetivos dietéticos saludables. (Cavadini et al., 2000; Jahns et al., 2001; Leis et al., 1999) Asimismo han aumentado las comidas en forma de snacks y bebidas gaseosas, la mayoría de ellos bajos en nutrientes y de alto contenido en grasa y sal, y densos en energía. Representando actualmente en los países desarrollados entre el 20% y el 30% del total de la energía ingerida. (Tojo y Leis, 2002) Estas circunstancias coinciden con un aumento de la prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños.
Básicamente, se ha encontrado que el riesgo de adiposidad, aumenta con el exceso de consumo de grasa en especial la saturada y trans, en parte debido a su gran palatabilidad y escaso poder saciante. Asimismo se ha mostrado que, la ingesta de hidratos de carbono aporta una cantidad de energía significativamente menor y está negativamente asociada con la ingesta total de energía, debido a que es más saciante y tiene un control más efectivo sobre la oxidación. (Oomen et al., 2001; Maffeis et al., 1996)

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